sábado, 19 de julio de 2008

De vuelta

Parece que la vida vuelve a encauzarse y va dejándome limpiar los rastrojos del camino. La tarea es dura y complicada, porque no tengo los instrumentos necesarios, no me dieron azada y ni siquiera me explicaron cómo carajo se arrancan las malas hierbas y de qué forma se hace para que no vuelvan a crecer.
Pero no me importa, la voluntad de hacerlo también cuenta y mi empeño en que es necesario esforzarse por conseguirlo es cada vez más cierto. Como ya dijo el poeta:

Debes amar el tiempo de los intentos,

debes amar la hora que nunca brilla...
Y si no, no pretendas tocar lo cierto,
sólo el amor engendra la maravilla,
sólo el amor consigue encender lo muerto.

Seguramente, a pesar de las dificultades, de las nostalgias, de nuestras inseguridades (cada uno las suyas) alcanzaremos esa vida juntos. Quiero creer que será así. Lo necesito. Dejaremos atrás lo innecesario, y nos agarraremos a las pequeñas cosas, a pasear por el mercado, a los viajes que ahora hacemos, a los desayunos pausados, a la ducha llena de espuma. Yo continuaré amarrándome a tu olor. Y tú volverás a verme como la que era.