viernes, 5 de marzo de 2010

"Ciertas cosas parecen para siempre irrecuperables.
Tal vez ello demuestre la realidad del pasado"
(J. M. Coetzee)

martes, 2 de marzo de 2010

Aprender

Hoy asistí a uno de esos actos académicos que por tanta seriedad y floritura parece que estén vacíos de contenido. He de decir que me emocionó y que, aunque las más de las veces considere que se trata de palabras huecas, me gustaron algunas cosas que se dijeron. Porque se habló del conocimiento, y de la transmisión del conocimiento. Se habló del amor hacia el trabajo que uno realiza, hacia nuestra profesión. Se habló de la Historia y se habló, sobre todo, de las personas, de los recuerdos, de las emociones.

E intenté anotar una enseñanza del que debiera ser mi maestro, la que se refería al trabajo como medio para dejar fuera de uno mismo los fantasmas, como la vía más eficaz para encontrarnos cuando la vida intenta ponernos a prueba. Para continuar. Lo cual es fácil si el ámbito de trabajo es un lugar agradable donde uno espera encontrar cada día una sonrisa o un comentario reconfortante. Donde la gente comparte tus ilusiones y se apasiona con el pasado en la misma medida en que tú mismo lo haces. Porque a veces, el trabajo, es lo único que nos queda.

Por eso, a la Historia y a los que por vocación viven con ella.