viernes, 24 de abril de 2009

Negociaciones


Quizás él lleva razón, ese profesor que tengo por uno de los mejores que he conocido a lo largo de la carrera. El mismo que considera que toda relación social es una mesa de negociación, incluso la de la pareja. Que el amor, o eso que llaman amor no es más que una relación de poder, como todo, en la que dos (o tres, o cuantos sean) delimitan ámbitos de dominio. Y tú pareces darle la razón cada día un palmo más. O será que el amor, o eso que llaman amor, se te acabó borrando de donde quiera que se esconde cuando existe. O será que ya no me necesitas en la maldita relación de poder, ni en la aborrecible mesa de negociaciones. Que ya no te hago sentir tan rubio, ni tan alto, ni con los ojos tan azules... o que me coartaron las cartas, o que se coartaron solas cuando coartamos las cartas que jugaban otros porque la funesta relación de poder ya no precisaba tampoco de mi. O que Dios existe y da a cada cual lo que merece. O que me conoces demasiado. Qui lo ça.

"Seguí cantando, cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra,..."
Mª Elena Walsh, Como la cigarra, 1972


0 alas de mariposa: